viernes, 24 de septiembre de 2010

Seguros de (ser o) estar inseguros*


Al hablar de inseguridad me surgen varios interrogantes: ¿Qué es la inseguridad? ya sé, es la falta de seguridad, pero… ¿Dónde podemos encasillarla? ¿Es un sentimiento, una sensación, una idea, una imagen, un clima? ¿Cuán seguros estamos de estar inseguros? ¿Tenemos inseguridad por no tener seguridad o por sentir que no estamos seguros? ¿Inseguridad en qué sentido? Una simple palabra genera tantas dudas como usos que pueden dársele.

El miedo está muchas veces asociado a la inseguridad. Son sensaciones parecidas, o más que parecidas, van de la mano. Cuando se está por tomar una decisión, tenemos inseguridad porque pensamos en las consecuencias que podrán llegar, y tal vez en ese momento aparece el miedo. Los seres humanos somos animales apocalípticos diría yo: siempre pensamos en lo malo que pueda llegar a venir, por decir malo, porque bueno, sería “diferente” en este caso la palabra, pero como desde el comienzo de la historia humana, o mejor dicho de la historia de las religiones solemos seguir o perseguir un bien y un mal es que quizás escogí la maldad en un primer momento. El miedo, suele ser referido a lo malo, y la inseguridad se acerca a esa sensación.

En las sociedades de hoy, principalmente haciendo foco en la argentina, y en las clases sociales más mediatizadas (y mediáticas), esta palabra se instala en muchos labios, pero sobre todo en muchos cerebros. Un poco de acá, un poco de allá, no hay culpas sino influencias. En la Biblia (para muchos, palabra de Dios y libro más vendido en el mundo), el Antiguo Testamento presenta entre los Salmos: “No eres tú un Dios que se complace en lo malo (…) Tú odias a los malhechores, destruyes a los mentirosos y rechazas a los traidores y asesinos”. Bien, podría estar afirmando que esta es una de las influencias, pero la idea es sólo mostrarlo para que usted, lector, saque sus propias conclusiones, o como diría la modelo Karina Olga Jelinek: “lo dejo a tu criterio”... (continúa en el Nº 2 de la Revista Alerta Berta! a la venta en varios kioscos rojenses)

*Artículo publicado en Revista Alerta Berta! Julio-Agosto

jueves, 9 de septiembre de 2010

Primer Plano

Muchas veces las cosas pasan por al lado nuestro, muchas otras nos suceden a nosotros mismos. A veces somos sólo testigos y a veces protagonistas.
Cuando las cosas les pasan a otros sentimos por los demás y eso es algo maravilloso que tenemos los seres humanos, podemos sentir el dolor o la felicidad del otro y eso nos define como seres humanos.
Pero vivir las cosas en primer plano nos hace ver los detalles, sentir todo con más incidencia, con más violencia, con más emoción. Ese momento donde lo demás queda totalmente fuera de foco y sólo nuestra actitud egoísta no nos permite ver más allá de ese PP.
Somos seres sociales, debemos compartir... hay muchos dispuestos a eso...
Cuando vivimos en un eterno segundo plano, en un fuera de foco, en un fuera de campo, cuando no entramos en la regla de los tercios, nos cuesta volver a nuestro primer plano, no nos damos cuenta, vivimos otra realidad... está bueno vivir el protagonismo alguna vez